Civilización Inca

Los incas crearon en América del Sur un imperio poderoso y muy bien organizados. Hace aproximadamente 900 años, los incas se mudaron desde donde vivían, en el centro de la actual Bolivia, hacia un valle situado más al norte, el valle de Cuzco ( en el Perú actual).
Los Incas vencieron a las comunidades allí  instaladas, pero durante más de cien años, debieron luchar por mantener esas conquistas.
Hacia 1440 comienza la etapa de oro de los Incas,. Bajo el reinado del Inca Pachacútec Yupanqui, conquistaron tierras al Norte, Sur, Este y Oeste  del Cuzco, y construyeron un imperio: el Tahuantinsuyu, que quiere decir " el Estado de las cuatro regiones".
Los Incas que sucedieron en Pachacútec conquistaron más tierras Así fue como el imperio se extendió desde Ecuador hasta Mendoza y Chile.
Para facilitar la administración de su imperio, los incas lo dividieron en cuatro regiones o suyas. El Cuzco era la cuidad imperial y religiosa, el centro del universo. Allí residía en Inca, considerado "el hijo del Sol". Tenía un poder absoluto, era dueño de todas las tierras, hombres y animales.
El Inca delegaba su poder en los gobernadores, uno por cada región. De los gobernadores dependían los curacas, que eran los jefes locales.
Las comunidades conquistadas o aliadas podían mantener sus costumbres, sus creencias. Sus curacas se mantenían en sus cargos, siempre que se mantuvieran fieles al inca y obedecieran sus órdenes.

Cultivaban en terrazas.
La subsistencia de los distintos pueblos que formaban el imperio incaico dependía fundamentalmente de la agricultura.
La región Andina ofrece ciertas dificultades para el desarrollo de la agricultura. Es una paisaje escarpado, con cimas de hasta 5400 metros de altura. En general el clima es frío y hostil. Durante cuatro meses no llueve, y las posibilidades de riego son escasas. Los bruscos cambios de temperatura amenazan al cultivo más resistente.
Además, cultivar sobre terrenos inclinados como los de montaña, donde si llueve hay desprendimientos de barro y piedras, no es tarea simple.
Las comunidades andinas resolvieron estas dificultades de manera muy ingeniosa: construyeron terrazas de cultivo en las laderas de las montañas, diques y canales de riego.

En las montañas se pueden realizar unas actividades en las zonas altas y otras, en las zonas bajas. Por ejemplo, en las zonas altas se puede cultivar papas, criar llamas, extraer sal.En las zonas bajas crecen bien el maíz, los ajíes, el algodón.
Para aprovechar las distintas posibilidades que ofrecía el medio, las comunidades de los Andes idearon un sistema muy peculiar. Mientras ciertas familias de la comunidad cultivaban en las zonas altas,otras lo hacían en las tierras bajas.
El territorio de cada pueblo no era continuo, de repente se interrumpía y continuaba en otro lado, a distinta altura. Este sistema les permitió lograr una economía autosuficiente: cada comunidad producía casi todo lo necesario para resolver sus necesidades.

Los trabajos para el Inca.
La producción que obtenían las comunidades se dividía de la siguiente forma: una parte de la misma era destinada al Inca, y el resto se repartía entre los integrantes de la comunidad.
Las comunidades debían pagar otros impuestos al Estado Incaico, consistentes en trabajos para las grandes obras, como la construcción de templos, de caminos, obras hidráulicas, depósitos colectivos, etc.
Con los alimentos que tributaba cada comunidad como impuesto, se mantenía el Inca y toda una nobleza que tenía a su cargo las funciones administrativas, militares y religiosas del imperio. Los alimentos que sobraban se acumulaban en depósitos estatales, y eran utilizados para ayudar a las comunidades en épocas de escasez.

Cuzco, la cuidad imperial.
Cuzco er una ciudad inmensa, que llegó a albergar cerca de 100000 personas.
En el centro de Cuzco estaba de Templo del Sol, llamado Coricancha por los incas.
Era un edificio imponente, construido en piedras y adornados con placas de oro. Adentro había un santuario dedicado al dios del Sol, y otros santuarios menores en los que se veneraba a la luna, al rayo y a otros dioses.
Alrededor del Coricancha se levantaban los palacios de los Incas y las grandes mansiones de la nobleza. Rodeando a este barrio, había otros, donde vivían campesinos de otras comunidades rebeldes. Ellos debían encargarse de los trabajos para el mantenimiento de la ciudad y de servir a los Incas y a la nobleza.
Las calles de Cuzco eran angostas y rectas. Estaban construidas con piedras y formaban manzanas muy parejas.
Desde la cuidad de Cuzco salían caminos de piedras (los caminos del Inca) hacia todas las regiones del imperio.
Había dos grandes rutas, una paralela a la costa y otra por la montaña. Ambas estaban unidas por caminos transversales. Los caminos se mantenían siempre limpios y con refugios para los chasquis o mensajeros del Inca.
Mediante los caminos se facilitaban la comunicación en el imperio y el traslado de los distintos productos.

Los dioses.
Las comunidades que vivían en los Andes creían en muchos dioses. Les rendían culto en templos o en algunos lugares sagrados como cerros o cuevas, llamados huacas.
Había dioses que eran venerados en distintas partes, por diferentes comunidades. Entre estos pueblos también era muy importante el culto a los antepasados. Cada familia extensa veneraba a la pareja de la que descendían.
Los Incas, cuando organizaron su imperio, respetaron los dioses de los pueblos conquistados, sus ritos y sus templos. Sin embargo, impusieron por todo el imperio, el culto a sus dioses principales: el Sol y la Luna.
El Sol era para ellos la fuente de vida y de calor para todos los seres vivos. Él era el que hacía posible el desarrollo de la agricultura.
En Cuzco se celebraban muchas fiestas religiosas, pero las más importantes eran las que se realizaban en honor del dios Sol. Se hacían en junio y en diciembre, presididas por el Inca. Se tocaba música y se bailaba. A as de junio asistían los curacas de todas las comunidades del imperio, para renovar su juramento de fidelidad al Inca.




No hay comentarios:

Publicar un comentario